A veces me preguntan cuál es mi libro infantil favorito, y aunque muchos me fascinan y es realmente difícil elegir, tengo claro que Las arrugas de la abuela (Andana Editorial) de Simona Ciraolo está entre mis más queridos.
Este sencillo libro te presenta a una nieta curiosa que le pregunta a su abuela si sus arrugas le duelen. Ella no solo le contesta que para nada, sino que le cuenta que cada una de ellas es muy importante pues guarda un recuerdo que atesora. Así, una a una, la abuela comparte con su entretenida nieta los secretos que guardan las marcas de su carita toda bonita.
De forma cronológica, arruga por arruga, uno va conociendo la vida de la abuela y descubriendo los momentos que la marcaron desde que era niña hasta que es mayor: pasamos por misterios infantiles resueltos, aventuras inolvidables con amigas, cómo inició su relación con el abuelo, su vínculo especial con su hermana, la tristeza de decir adiós y la felicidad enorme de ver su familia crecer.
El texto de este libro es solo el justo y hace mancuerna perfecta con las imágenes detalladas que te permiten adentrarte a cada recuerdo y sentir la emoción. ¡Como si estuviéramos ahí!
Cuando lo leemos en casa siento que estoy abriendo un álbum íntimo, con situaciones y sentimientos tan universales con los que te puedes identificar, pero tan específicos que no se quedan en lo abstracto y te permiten conectar.
Sobra decir que la ilustración es una cosa preciosa y de las primeras cosas que me llamaron la atención de este libro, además del tema tan especial.
Un libro hermoso que celebra la vida de nuestras abuelas y madres, y que además defiende la vejez y sus visibles marcas en nuestra piel: en lugar de minimizar las arrugas les da su lugar y las reconoce como recordatorios constantes de nuestra historia valiosa y única. Ahora dejen lo escribo sin llorar.