Montar repisas sobre el sofá de nuestra recámara no solo le dio vida a un muro triste: también abrió un mundo de posibilidades decorativas y la libertad para explorarlas.
Teníamos semanas con tres repisas nuevas en casa y por fin este domingo nos dimos chance de montarlas (fue más rápido y sencillo de lo que anticipábamos). De pronto nos dimos cuenta de la transformación inmediata que estábamos presenciando.
Y es que el muro que queda frente a nuestra cama, detrás de donde hasta hace poco colocamos nuestro lindo sofá, estaba completamente vacío, esperando desde hace años que hiciéramos algo por él.
Un cuadro grande no era lo ideal, pues exactamente de frente había ya uno así (el de los changos a.k.a. el de “Anthony Browne”). Una galería de imágenes siempre me ha llamado la atención, pero sinceramente no quería pensarle tanto para este espacio. Así que cuando vi estas repisas a ese precio y en esa tonalidad natural de madera, sentí que eran una señal.
Montar repisas en tus paredes te permite presentar tu arte favorito, pero sin el nervio de pensar exactamente a qué altura debe ir cada uno, y sobretodo, con la flexibilidad de cambiar la composición cuantas veces quieras, manteniendo el espacio interesante.
Son también una buena opción para quien renta, pues te evitas taladrar demasiado la pared para montar cuadros: tan solo colocas la o las repisas y las llenas con lo que quepa ahí. Y esa es otra: dependiendo de la anchura de tus repisas es muy posible que además de arte puedas colocar otros objetos decorativos que ayuden a hacer mucha más bello el espacio.
Si ya te convencí pero no sabes cómo empezar, hoy te doy algunos tips para hacerlo sin complicarte.
- Elige una paleta de color: Antes de empezar junté todos los cuadros que creí que podían funcionar para este espacio, asegurándome de elegir aquellos que hicieran buen match en color. Observando también el resto de la decoración de nuestra recámara, me decidí por aquellos con tonos beige, blanco, azules y rosas. Esto hará que independientemente de cada foto, pintura o dibujo, todo se sienta armónico e intencional.
- Empieza con tu piezas clave: Además de decorar teníamos la necesidad de tapar algunas cajas y conexiones, por lo que optamos por incluir arte alto en nuestra repisa. Empecé por el cuadro más grande, un print que compré hace años de una tiendita que cerró, colocándolo un poco off-center. De ahí fui complementándo con otros cuadros medianos y chicos, mezclándolos entre sí y separándolos en grupos de dos y tres.
- Agrega piezas de interés: Como ya lo mencioné antes, algo padre de muchas repisas es que te permiten agregar también objetos decorativos en el mix, como velas, jarrones, figuritas y hasta plantas. Ve colocando las piezas entre los cuadros y muévelas hasta que te sientas a gusto con la composición.
Y así de fácil es decorar tus repisas. Yo estoy muy contenta con cómo luce ahora este muro con las mías, aunque debo decir que seguramente algunas piezas cambiarán (quisiera probar con toques en negro, I dunno!) pero eso es lo bello de este formato: puedes modificarlo hasta que te sientas contenta. ¡Ojalá te haya gustado!