Lo usamos al menos tres veces al día, así que es justo tener este electrodoméstico esencial bien organizado y hacernos la vida más fácil.
Después de una década con el mismo pequeño refrigerador (que por cierto, fue infalible) hace unas semanas pudimos por fin comprar uno nuevo, más moderno y sobretodo, ¡más grande! Mucho más adecuado para la familia de cuatro que hoy somos.
Aproveché esta importante transición para darme a la tarea de organizar mejor mi nuevo refri. Y es que en el anterior había tanto en tan poco espacio que el caos reinaba: alimentos se perdían unos detrás resultando en descubrimientos aterradores semanas después, desperdicio innecesario de comida y productos innecesariamente duplicados. La falta de visibilidad y de un lugar para cada cosa sale cara.
Así que compré algunos contenedores transparentes para ayudarme a mejorar estos dos puntos, ¡y creo que lo logré! Pero antes de llegar al punto de utilizar estas bandejas, cajitas, canastas y más, hubo mucho qué hacer.
El primer paso para organizar el refri es sacarle absolutamente todo. Suena tedioso pero es necesario. Así puedes ver qué hay que rescatar, qué hay que limpiar (zoom-in a esos botes de catsup pegajosos) y qué hay que tirar de inmediato.
Después de esto hay que limpiar el refri a fondo. Más vale dejarlo bien limpio pues no es el tipo de tarea que podemos (o queremos) hacer tan seguido. En mi caso me tocó limpiar el refri viejito para dejarlo listo para un amigo, y pasarle un trapito con agua y jabón al refri nuevo.
Ahora viene lo interesante: el acomodo. Es importante poder ver lo que tenemos y tener a la mano lo que usamos más, pensando en las características de cada producto. Por ejemplo, los huevos y la leche que se suelen poner en la puerta, es mejor ubicarlos en la repisa de en medio, pues son alimentos que tienden a echarse a perder y necesitan estar en un lugar consistentemente frío. Otro ejemplo es la carne que para evitar la posibilidad de que contamine otros alimentos es mejor ubicarla en la parte baja del refri sobre una bandeja abajo o en el congelador.
Agrupa productos de una misma categoría en el mismo contenedor.
Usando contenedores puedes armar grupos por categorías; por ejemplo, puedes poner todas las salsas y condimentos juntos, designar un espacio para los snacks, y otro espacio para jamones y quesos. Si te es posible contar con contenedores transparentes, apilables y especiales para ciertas categorías (con ventilación para las fresas, por ejemplo), mucho mejor.
En casa desde hace tiempo intentamos lo menos posible usar plástico de uso único por lo que también te recomiendo mucho buscar bolsas de silicona reutilizables para guardar verduras cortadas, productos abiertos o hasta guisos que quieras congelar. Usamos refractarios de distintos tamaños para guardar comidas preparadas: desde frijoles guisados y sobras de platillos, hasta valiosas mitades de limón o cebollita.
Algo que estamos implementando (ahora sí) para mantener el refri más organizado es poner todo en el mismo lugar siempre. Así tenemos una mejor idea de qué tenemos y qué necesitamos, y tratamos de prevenir un poco el caos al que este electrodoméstico tiende.
Un detalle extra para que el espacio se sienta fresco y agradable es usar un desodorante para refrigerador discreto. Puedes también cubrir las bandejas del refri con liner que se pueda quitar después, o con toallas de tela para hacer la limpieza a futuro más fácil.
Aquí te dejo la lista de los productos que utilicé por si te sirven.
Set de contenedores transparentes
Set de cajas ventiladas
Set de contenedores para vino
Set de refractarios transparentes
Refractario rosa
Mini recipientes con tapa
Set de bolsas de silicona reutilizables
Desodorante para el refri
Refrigerador Samsung French Door 28 pies cúbicos
Por favor, cuéntame si te sirvieron estos tips o compárteme alguno que se me haya pasado para tener el refri organizado y funcional.